-hija, lucha, no te rindas, lucha hasta el final…
Escuche esas palabras a lo lejos, era la voz de mi padre que me suplicaba angustiado, apenas y las podía escuchar.
-¿papá?, estas ahí?, padre lo siento, perdóname por todo las rabias que te hecho pasar, te amo mucho, no se si pueda salir de esta, siempre te amare… padre, tu eres mi héroe.
Sentí que aun estaba viva, tenía tristeza, aun podía sentir este dolor, cada vez mas y mas fuerte, abrí los ojos lentamente, había estado llorando, podía palpar como las lagrimas se deslizaban lentamente por mi rostro, recorrí con la mirada el techo de un blanco nieve del cual estaba pintada la sala, mas allá vi mi brazo derecho completamente enyesado, así también lo estaba mi pierna derecha. De pronto alguien apretó mi mano izquierda, gire lentamente la cabeza pensando en que era koté, divise ahí el rostro de mi hermana, tan tierno y amable como ella es, sus ojos estaban rojos y dilatados, tenía ojeras y se veía algo cansada. Mi hermana mayor siempre ha cuidado mucho de mí, y fue a la última persona que vi antes de dormirme, estoy tan aliviada de volver a ver su rostro.
-Anita, despertaste, siempre supe que lo lograrías. mi hermana, has sido una luchadora en esta batalla…
-pauly, te amo, soy tan feliz de estar aquí junto a ti, estoy viva…
Quería decirle y preguntarle muchas cosas más, pero apenas y si podía hablar, tenía un dolor profundo en la garganta que se hacía más fuerte cuando hablaba. Mi hermana se levanto llorando de felicidad, me beso la frente, y me dijo que la esperara, que iba por mi padre, que estaba afuera.
Por momentos quede sola en la habitación, vi unas flores y globos en una esquina de la sala, tenían un letrero grande que decía “ tus compañeros oran por ustedes, las queremos de vuelta, Anita, koté y jocelyn”…, y recordé que al cruzar la calle iba con nosotros jocelyn, una compañera y amiga nuestra, pero no me había dado cuenta que ella también había sido golpeada por el auto, y entonces comencé a recordar lo que había pasado, y aquel auto que huyo sin detenerse para prestarnos ayuda. Me vi entonces inestable, no sabía qué hacer, no podía moverme, no sabía nada de mis amigas, y no sabía la gravedad de mis heridas.
Entraron en la sala, un señor alto de cabello oscuro, que me saludo muy amistosamente, y le seguía detrás mi papá y mi madre. Ambos venían llorando, estaban impactados, me veían a mí en una camilla con quien sabe cuántas heridas y huesos rotos, pero que había luchado en contra de cualquier pronóstico y ahora me encontraba con los ojos abiertos, por fin había despertado.
-papá, luche como tu dijiste, estoy aquí viva, padre gracias por estar conmigo.
El sonrió y tomo mi mano, mi madre estaba junto a él con una sonrisa que brillaba a radiar.
El doctor con toda solemnidad me dijo que yo no podía hablar mucho ya que me habían hecho una traqueotomía de emergencia, me pregunto si sentía dolor, y que debía descansar la zona de la garganta, ahora podía comprender el dolor. Me dio una charla que ya había dado a mis padres de las condiciones en que estaba mi cuerpo, el auto había golpeado la parte derecha de mi cuerpo, rompiendo mi pierna y mi brazo en más de una parte, dos costillas rotas y uno de los pulmones en muy mal estado por el golpe lo que me dejo en cierto momento sin respiración, y me conto que gracias a la enfermera yo estaba viva, ella me había realizado una traqueotomía que me había salvado la vida. Cuando mi madre escucho todo esto rompió nuevamente en llanto, mi padre la consoló con palabras tiernas y amables, luego nos dejo solo por momentos, al parecer mi padre debía ser el encargado de decirme algo muy importante.
-papa, te escuche cuando dormía, me decías que no me diera por vencida que luchara, y por ti estoy aquí, tú me has dado fuerza .
-Mi anita, todos hemos orado por ti estos días, tu mama y tus hermanos hemos estado junto a ti y pidiendo a Dios por una milagro para ti y tu compañera. Lamentablemente hija…
El no sabía con que palabras o en que tono debía hablarme, lo cierto es que algo terrible había ocurrido y ahora yo debía de enterarme de ello.
-hija, sabemos que tarde o temprano tendrás que enterarte de lo que ha sucedido, debes saber que tú has sido la única en despertar. Jocelyn está muy mal, el impacto fue muy fuerte y la mayoría de sus órganos están muy débiles.
-y koté?, papa, como esta ella?
Mi corazón latía desesperado, en el fondo temía por koté, algo dentro de mí me decía que ella no estaba bien, que debía verla lo antes posible.
-hija, María José, sufrió un impacto muy fuerte en su cabeza. Ella…falleció hace unas horas.
Un silencio doloroso inundo toda la sala. Como describir esa pesadilla, el dolor, la desesperación, la angustia… si todo aquello había pasado en un segundo, no hubo tiempo, ni palabras, ni menos aun despedidas. Mi padre me acompañaba y mi apoyaba, pero no podía evitar que mi corazón se marchitara, si mi mejor amiga había muerto y no pude despedirme, si yo ni siquiera podía ponerme en pie para despedirme de ella,! Oh Dios!, si mis lágrimas pudieran traerla de vuelta, lloraría hasta quedarme seca. Todo parecía solo una pesadilla, sin embargo pellizcarme no serviría para poder despertar, el dolor de mis entrañas me hacían sentirme más viva y despierta que nunca.