lunes, 30 de enero de 2012

Primavera, 1 parte.

Fue en primavera del 2007, cuando los cerezos de colegio estaban en pleno esplendor y a nosotros nos fascinaba caminar entre ellos y recibir sus hojas como un regalo mágico de la naturaleza. En aquel tiempo la primavera tenía un olor especial, un olor cálido y tibio, que te hace sentir segura y apacible, para ti era el olor del romance primero, fue en esa primavera que conociste el amor.
Todo parecía ser nuevo para ti, veía tu rostro que reía tímidamente y se sonrojaba cuando el venia a buscarte en los recreos, sentía alegría al ver tus cabellos rubios menearse en el viento junto a las hojas de cerezos, esa imagen es mi regalo de primavera.
Siempre fuimos las mejores amigas, unidas desde pequeñas. Nuestro lazo no era de sangre si no que estábamos conectadas por el espíritu.
Aquel día, eran cerca de las 7 de la tarde cuando ya anochecía, una especie de helada había caído en el colegio, y hacia un poco de frio. Juntas caminamos hasta llegar al paradero de la micro, en aquel lugar estaban nuestros compañeros riendo y jugando, al otro lado de la carretera estaba mi hermana comprando en el kiosco, todo parecía tan normal. Tu quisiste cruzar hacia el frente para ir a comprar unas papas fritas, yo fui contigo y otras chicas mas, mi hermana venia de vuelta para hablarme. Mientras caminaba sentía como mis manos y nariz se helaban más, hasta que todo desapareció por un instante a mi alrededor, algo me tiro muy lejos, estaba a metros del paradero recostada en la carretera, mis cosas repartidas muy lejos de mi, no logre divisar muy bien por la oscuridad, me levante asustada con el corazón latiendo tan rápido como un conejo que huye del cazador, mis piernas tiritaban, mi brazo ardía, mi boca palpitaba muy fuerte, camine unos metros y vi una mochila, cerca de ella estabas tu… un silencio sepulcral había en aquel instante, te recuerdo a mi lado como una muñeca de porcelana rota, tu cabello largo y amarillo se teñía de sangre, tu cuerpo yacía inmóvil, las lagrimas empezaron a caer de mis rostro, quería gritar pero no podía, toque tu mano para ver si me respondías, entonces abriste tus ojos verdes que me miraron asustados y angustiados, apretaste débilmente mi mano con tus deditos pequeños y delgados, y sentí un horror dentro de mí porque vi que te ibas lentamente entre mis brazos y yo inmóvil sin poder reaccionar, hasta que me dijiste con tu tierna voz: Ani, ayudame… y mi corazón arrojo un grito desesperado por ayuda. Alguien nos sintió y nos vio, y escuche un grito desgarrador de uno de nuestros compañeros, que grito: ¡ atropellaron a la koté!, muchos gritos mas vinieron después, mucha gente vino hacia nosotras, entre ellas una enfermera de la universidad del colegio. Mientras nuestros compañeros nos rodeaban, empecé a sentir un calambre muy fuerte que subía por mi pierna derecha hasta mi brazo y un dolor en la cabeza que me paralizo, mi cuerpo callo junto al tuyo, no podía moverme, pero aun seguía escuchando los llantos de angustia de los demás.
El tiempo se hacia eterno, la primavera ya no importaba, los cerezos parecían estar muy lejos de nosotras, de pronto alguien se asomo a mi, era mi hermana mayor que gritaba desconsolada a mi lado, quería tocarme , pero no se lo permitían, ella vio que yo la miraba y me dijo: Ana, Dios esta contigo donde quiera que tu vayas, te amo. Cerro sus ojos y comenzó a orar en medio de toda la multitud, sentí como muchas voces oraban y clamaban a Dios por nosotras, entonces pensé en mi padre, muy lejos de mi, en casa junto al calor acogedor de la estufa, mi hermano, mi madre y mi sobrina, esperando por mi y por mi hermana, en aquella noche fatal, creí tener la garganta rota pero era la angustia y el dolor del alma que no podía votar, me desconsolaba enormemente el hecho de que estuviera tumbada en el piso, a punto de morir , y no poder despedirme de mi familia a quien tanto amo, de no poder ver más sus rostros ni escuchar sus sonrisas,! oh Dios! Por favor cuídalos, nos los desampares. Volví mi mirada hacia mi hermana y pestañee muchas veces para tratar de enviarle un mensaje de amor, pronto todo se hacía mas y mas oscuro , un dolor en el pecho subió por mi garganta y vomite sangre, no respiraba, de apoco me iba lejos de todos, recordé por última vez a mi compañera herida, mi mano estaba junto a la suya, pero a ella yo ya no la sentía, y de pronto todo se apago, me iba a dormir, pero esta vez no iba a mi cama, y creí que no despertaría jamás.

domingo, 29 de enero de 2012

Muerta en vida ?

A veces la soledad me carcome por dentro, aunque no estoy sola, por momentos así me siento. Comprender que te abandonan muchas veces es difícil, afrontar este hecho es aún peor, y siento nostalgia de aquella efímera felicidad que pude sentir en los tiempo lejanos, cuando mi mente y mi corazón ingenuos se entregaban al amor, un amor primerizo y nuevo, un amor puro y sincero que es herido muchas veces, se opaco lentamente, extinguiéndose en medio de un espacio frio y sin luz donde aquel que debe prenderlo no está, por que se ha ido por un algún tiempo.
Es cierto que algunas veces viene a mí el recuerdo del primer beso, cálido y tierno justo como este debe ser, y me vuelven las fuerzas para volver a luchar por el amor que hay entre los dos, pero sola no puedo, y la vida parece en ciertos momentos tan triste y solitaria que solo dan ganas de llorar, porque no comprendes como la felicidad se escapo de repente de tus manos, sin que te dieras cuenta para hacer algo para evitarlo, es cuando me siento muerta en vida, no hay en mi trozo de carne que quiera sentir emoción alguna, no hay nada de mí que quiera extrañar, añorar o amar… si, por que es tan duro que no te respondan como tu esperas, como nieve de acero, helada y pesada al mismo tiempo que cae sobre ti sin dejar que puedas moverte y congelándote hasta el último rincón del alma, y el silencio absoluto invade tu cuerpo y mente, y te quedas ahí sin más, esperando a volver a vivir.
Comprender que el primer amor se fue lejos, que voló a otras tierras sin decir adiós y tampoco sin decir promesa de que volverá es duro, afrontar y luchar, comenzar de cero una nueva vida es mejor, porque a pesar de todo la vida continua para mí y para él, un silencio por este amor que se fue, un canto nuevo y de esperanza por la vida que me queda por vivir.
Vuelvo a estar vida…